RSO 30/06/2022.- Por A. W. Tozer.- Mira y reza, para que no entres en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. --Mateo 26:41
Para orar con éxito es la primera lección que el predicador debe aprender si ha de predicar fructíferamente; sin embargo, la oración es la cosa más difícil que jamás será llamado a hacer y, siendo humano, es el único acto que se verá tentado a hacer menos frecuentemente que cualquier otro Ella. Debe poner su corazón a conquistar por oración, y eso significará que primero debe conquistar su propia carne, porque es la carne que obstaculiza siempre la oración.
Casi cualquier cosa relacionada con el ministerio puede aprenderse con una cantidad media de aplicaciones inteligentes. No es difícil predicar o administrar asuntos eclesiásticos o pagar una llamada social; las bodas y funerales pueden llevarse a cabo sin problemas con un poco de ayuda de Emily Post y el Manual del Ministro. La creación de sermones se puede aprender tan fácilmente como el calzado: introducción, conclusión y todo. Y así con todo el trabajo del ministerio como se lleva a cabo en la iglesia promedio hoy.
Pero la oración... eso es otro asunto. Allí la Sra. Post está indefensa y el Manual del Ministro no puede ofrecer ayuda. Allí el hombre solitario de Dios debe luchar solo, a veces en ayuno y lágrimas y cansancio sin contar. Allí cada hombre debe ser un original, pues la oración verdadera no puede ser imitada ni puede aprenderse de otra persona. Dios le dice al hombre a quien le importa, 69.
"Señor, rezo para que este mes sea realmente un momento que cambie mi vida. No quiero aprender más sobre la importancia de la oración. Rezo para que Tu Espíritu me cambie, para que pueda convertirme cada vez más genuinamente en un hombre de oración. Amén. "
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