Esto se ilustra en la vida de Rut, una viuda. “Y deja caer también algunos de los puñados de propósito para ella, y déjalos, para que los recoja, y no la reprendas.” (Rut 2:16)
Este versículo contiene la inusual instrucción de Booz a sus siervos acerca de Rut después de que ella le preguntó si podía recoger después de los segadores en su campo de cebada. Booz no solo le permitió hacerlo, sino que también ordenó a sus sirvientes que "dejaran caer algunos de los puñados de propósito" para ella, facilitando así su tarea".
Es interesante que la misma palabra hebrea, que básicamente significa “tomar un botín”, se usa dos veces en este versículo, una vez traducida como “dejar caer” y otra como “de propósito”. La palabra para “puñados”, usada solo esta vez en la Biblia, evidentemente se refiere al “agarre” de una mano. En realidad, Booz parece estar diciendo, en efecto, a sus siervos: “Tomad como si estuvierais tomando para ella un botín de los manojos de gavillas, y dejadlos como botín para ella”. Este iba a ser un regalo deliberado y con un propósito por parte de Booz, pero Rut no debía saberlo para que pudiera asumir que lo había obtenido todo por su cuenta.
Booz, por lo tanto, como su descendiente distante (a través de su futura novia, Rut), nuestro Señor Jesucristo, proveyó lo que representaba el pan de vida como un regalo de gracia para su futura novia. En esto, como en otros aspectos, Booz es tipo de Cristo y Rut es tipo de cada creyente destinado a la unión con Él.
Pero las gavillas también representan la Palabra de Dios de la cual diariamente podemos recoger alimento vivificante para nuestras almas. Nuestro Dios se ha complacido en dejarnos muchos “puñados de propósito” a lo largo del camino en el campo fructífero de las Escrituras que podemos inclinarnos a recoger a medida que avanzamos. Nuestro “Boaz” celestial ha pagado el precio para tomar el botín por nosotros, pero cuando nos arrodillamos para recoger cada bocado, “nos regocijamos en tu palabra, como quien halla muchos despojos” (Salmo 119:162).
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